Entiendo el arte como una forma de comunicación de ideas, sentimientos y/o emociones que nos llegan al alma, para nutrirnos dentro de una forma estética. Un cuadro tiene muchas posibilidades, antes de ser terminado; pero creo que hay que intentar buscar la más auténtica, aquella que satisfaga nuestro corazón. Podría decir que mi pintura es visionaria: es aquella que nace del interior sin un modelo que sirva de referente externo. El pintor visionario mira dentro de sí, se observa, se escucha y también se preocupa de alimentar su alma, para cargar de buena energía sus obras. Me considero una artista exploradora, que no sé muchas veces lo que busco, pero si sé distinguir cuando lo que tengo delante no me satisface. Ahí empieza la andadura de constantes cambios en una misma obra. Es un hacer y deshacer constante, hasta quedar satisfecha con el resultado obtenido. En ocasiones se llega al límite, se debate entre salvar o derruirla por una nueva versión o tema nuevo.
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